Tener un centro de estética de éxito no es cuestión de suerte, bailar en TikTok, romperse los brazos a trabajar o tener una u otra marca.
Hay muchos centros de belleza. Las estadísticas dicen que 8 de cada 10 cierran antes de 2 años y 9 de cada 10, cierran antes de 5 años.
La mayoria no llegan a final de mes, otros muchos pagan las facturas de cosmética apurados. Solo unas pocas esteticistas se pagan a si mismas un salario digno y muy muy pocas triunfan y son una referencia en su ciudad.
Hay un método. Una forma de hacer las cosas que te lleva ahí, a que las grandes marcas de cosmética se peleen por estar en tus lineales.
Normalmente las triunfadoras lo han logrado con mucho esfuerzo y cometiendo errores que para otras muchas ha supuesto tener que cerrar.
Tras muchos años observando he aprendido que cosas tienen en común los centros de estética que de verdad ganan dinero. Los que se pueden permitir vacaciones, subir sus precios, contratar y comprar maquinaria puntera.
Ahora yo soy uno de ellos.
No es magia. Es seguir unos pasos, tomar ciertas decisiones, apretar las teclas adecuadas, es tocar la canción que tocan las ganadoras.
Y voy a contártelo todo.